Esto eran dos aguilas, Plumas Blancas y Plumas Negras. Plumas Blancas iba volando junto a su compañero cuando observó unas nuves de tormenta que se acercaban por el horizonte.
-Mira Plumas Negras, veo llegar unas nuves de tormenta grises y marrones.
Plumas negras miró más allá de las nuves y observó un jardín inmenso, lleno de ratas y ratones de las que podrían alimentarse, lo menos durante un mes.
-Debemos llegar al otro lado de esas nuves, hay un jardín parecido al Paraiso.
Plumas Blancas no estaba muy segura de lo que le decía su compañero, pero no se atrevió a comentarle nada y siguieron volando con intención de atravesar las nuves. Una vez dentro de ellas, se oyó un estruendo provinente del chuque de ellas, y vieron un relámpago. Ese suceso se volvió a repetir, y así constantemente. Las dos Águilas no sabian que hacer, y se quedaron paradas.
-¿Plumas Negras, qué hacemos?
-Si esperamos, seguro que amaina la tormenta, además lo que hacen dos buenos amigos juntos, ni Dios puede pararlos...
Dios: ¿Ah, no?
Entonces de la nuve, salió un rayo que alcanzó a Plumas Blancas y la chamuscó entera. De la nube blanca salió otro que alcanzó a su compañero, convirtiendo a las dos águilas en pollos fritos para "El Señor de los Cielos".